Alcoholismo
Aprenda la
Realidad
Para muchas personas la realidad acerca
del alcoholismo no está muy clara. ¿Qué es el alcoholismo
exactamente? ¿Cómo se puede diferenciar el alcoholismo del
abuso de alcohol? ¿Cuándo debe una persona buscar ayuda para
un problema relacionado con sus hábitos de consumo de
alcohol? El Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y
Alcoholismo (National Institute on Alcohol Abuse and
Alcoholism [NIAAA]) ha preparado este folleto para ayudar a
las personas y a sus familias a contestar éstas y otras
preguntas comunes acerca de los problemas relacionados con
el alcohol. La información presentada a continuación le
explicará lo que es el alcoholismo y el abuso del alcohol,
los síntomas de cada uno de éstos, cuando y donde puede
buscar ayuda, y las opciones de tratamiento. Además le
recomendará otros recursos que le pueden servir de ayuda.
Es un Problema Bien Dispersado
Para la mayoría de las personas, el
alcohol es un acompañamiento placentero para las actividades
sociales. El uso moderado del alcohol--hasta dos tragos por
día para los hombres y hasta un trago por día para las
mujeres y personas mayores (La medida normal de un trago es
una botella de 12 onzas de cerveza o bebida a base de vino
(wine cooler), un vaso de 5 onzas de vino o 1.5 onzas de
licor de 80º prueba) -- no es dañino para la mayoría de los
adultos. Sin embargo, un gran número de personas tienen
problemas serios con sus hábitos de consumo de alcohol. En
estos momentos, cerca de 14 millones de americanos, 1 de
cada 13 adultos, abusan del uso del alcohol o son
alcohólicos. Además, varios millones de adultos tienen
patrones o hábitos de consumir bebidas alcohólicas que los
pueden conducir a problemas de alcohol. Aproximadamente 53
porciento de los hombres y mujeres en los Estados Unidos
reportan que uno o más de sus familiares tienen problemas de
alcohol.
Las consequencias del abuso del alcohol
son serias--en muchos casos, de amenaza o peligro a la vida.
Las personas que beben mucho alcohol pueden aumentar el
riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, especialmente
de el hígado, el esófago, la garganta, y la laringe (caja de
la voz). El abuso del alcohol también puede causar cirrosis
del hígado, problemas en el sistema de inmunidad, daño
cerebral, y hasta puede dañar el feto durante el embarazo.
El beber alcohol aumenta los riesgos de muertes por
accidentes automovilísticos, accidentes durante actividades
recreativas, accidentes en el trabajo, y la probabilidad de
que ocurran homicidios y suicidios. En términos
estrictamente económicos, los problemas relacionados con el
uso del alcohol le cuestan a la sociedad aproximadamente 100
billones de dólares por año. En términos de vida humana, el
costo es incalculable.
¿Qué es alcoholismo?
El alcoholismo, también conocido como
"síndrome de dependencia al alcohol," es una enfermedad que
se caracteriza por los siguientes elementos:
|
Deseo insaciable:
el deseo o necesidad fuerte y compulsiva de beber
alcohol. |
|
Pérdida de control:
la inhabilidad frequente de parar de beber alcohol
una vez la persona ha comenzado. |
|
Dependencia física:
la ocurrencia de síntomas después de abstinencia
tales como vómitos, sudor, temblores, y ansiedad
cuando se deja de beber después de un período de
consumo de alcohol en grandes cantidades. Estos
síntomas son usualmente aliviados cuando se vuelve a
beber alcohol o se toma alguna otra droga sedante.
|
|
Tolerancia:
la necesidad de aumentar la cantidad de alcohol
ingerida para sentirse endrogado o intoxicado
("high"). |
El alcoholismo es un problema que tiene
poco que ver con el tipo de alcohol que se consume, cuanto
tiempo se ha estado bebiendo, o la cantidad exacta de
alcohol que se consume. Sin embargo, el alcoholismo tiene
mucho que ver con la necesidad incontrolable de beber de la
persona. Esta definición de alcoholismo nos ayuda a entender
porque para la mayoría de los alcohólicos un "poco de fuerza
de voluntad" no es suficiente para dejar de beber. El
alcohólico o la alcohólica se encuentra frequentemente bajo
el control de un deseo poderoso o necesidad de ingerir
alcohol, una necesidad que puede sertirse tan fuerte como la
necesidad de agua o comida. A pesar de que algunas personas
se pueden recuperar sin ayuda, la mayoría de las personas
alcohólicas necesitan ayuda externa para recuperarse de esta
enfermedad. Con ayuda, apoyo y tratamiento, muchas personas
son capaces de dejar de beber y de rehacer sus vidas.
Muchas personas se preguntan: ¿Por qué
algunas personas pueden beber alcohol sin problemas,
mientras que otras son totalmente incapaces de controlar sus
hábitos de beber alcohol? Investigaciones recientes
costeadas con fondos de NIAAA han demostrado que para muchas
personas la vulnerabilidad al alcoholismo es heredada. Sin
embargo, es importante reconocer que los factores en el
ambiente de la persona tales como las influencias de los
compañeros y la disponibilidad de alcohol influyen
significativamente. Ambos factores, los heredados y los del
ambiente, son llamados "factores de riesgo." A pesar de
estos factores, el riesgo no determina el destino. El hecho
de que el alcoholismo tiende a ser común en algunas familias
no significa que el hijo o la hija de un padre o una madre
alcohólica automaticamente desarrollará alcoholismo.
¿Qué es el abuso de alcohol?
El abuso de alcohol se diferencia de el
alcoholismo en que éste no incluye el deseo o la necesidad
compulsiva de beber alcohol, la pérdida de control o la
dependencia física. Además, el abuso de alcohol es menos
probable que incluya síntomas de tolerancia (la necesidad de
aumentar la cantidad de alcohol ingerida para sentirse
endrogado o intoxicado ("high").
El abuso de alcohol es definido como un
patrón de consumo de bebidas alcohólicas que es acompañado
por una o más de las siguientes situaciones en un período de
12 meses:
|
No
cumplir con responsabilidades mayores del trabajo,
de la escuela o del hogar; |
|
Beber
alcohol durante actividades que son físicamente
peligrosas tales como operar maquinarias o manejar
un carro (coche); |
|
Tener
problemas frequentemente relacionados con el alcohol
tales como ser arrestado por guiar bajo la
influencia de alcohol o por lastimar físicamente a
alguien mientras está borracho (embriagado);
|
|
Continuar bebiendo a pesar de tener problemas
constantemente al relacionarse con otras personas
que son causados o empeorados por los efectos del
alcohol. |
A pesar de que el abuso del alcohol es
básicamente diferente al alcoholismo, es importante
mencionar que muchos de los efectos del abuso del alcohol
son sufridos por los alcohólicos.
¿Cuáles son las señales de que
existe
un problema de alcohol?
¿Cómo puede usted saber si usted o alguien
cerca de usted tiene un problema de alcohol? El contestar
las siguientes cuatro preguntas le podría ayudar a reconocer
si existe un problema de alcohol. (Para ayudarle a recordar
estas preguntas, recuerde que la primera letra de la palabra
clave de cada una de las preguntas en inglés forman la
palabra "CAGE.")
|
¿Ha
pensado usted alguna vez que debe disminuir o cortar
("Cut") la cantidad de bebidas alcohólicas
que usted toma? |
|
¿Le ha
molestado ("Annoyed") la gente al criticar
sus hábitos de beber alcohol? |
|
¿Se ha
sentido usted alguna vez mal o culpable ("Guilty")
debido a sus hábitos de consumo de alcohol?
|
|
¿Ha
tomado usted un trago o bebida alcohólica acabándose
de despertar en la mañana para tranquilizar sus
nervios, para abrir los ojos ("Eye opener"),
o deshacerse de los efectos después de una
borrachera ("hangover")? |
El contestar "Sí" a una de estas preguntas
sugiere la posibilidad de que existe un problema de alcohol.
Si usted contestó que "Sí" a más de una de las preguntas es
muy probable que exista un problema de alcohol. En
cualquiera de estos casos, es importante que usted vea a un
doctor(a) o enfermera(o) inmediatamente para que discuta sus
contestaciones a estas preguntas. El(ella) puede ayudarle a
determinar si usted tiene un problema relacionado a sus
hábitos de consumo alcohol, y si usted tuviese un problema,
esta persona le puede recomendar lo que debe hacer al
respecto.
Aunque usted haya contestado que "No" a
todas las preguntas, usted debe buscar ayuda profesional si
tiene problemas relacionados con el alcohol que afectan su
trabajo, sus relaciones con otras personas, su salud o le
causan problemas con la ley. Los efectos del abuso del
alcohol pueden ser extremadamente serios, y pueden llegar a
ser fatales para usted y para las personas a su alrededor.
La Decisión de Obtener Ayuda
Reconocer que se necesita ayuda con un
problema de alcohol no es fácil. Sin embargo, tenga presente
que mientras más pronto una persona obtiene ayuda, mejores
son las probabilidades de que él(ella) se recupere
exitosamente.
Si le incomoda el discutir sus hábitos de
consumo de bebidas alcohólicas con su doctor(a) o
enfermera(o), puede que ésta sensación se origine en las
creencias erróneas acerca del alcoholismo y las personas
alcohólicas. En nuestra sociedad, prevalece el mito de que
los problemas de alcohol son de alguna manera una señal de
debilidad moral. Como resultado, usted puede pensar que el
buscar ayuda significa el admitir algún tipo de defecto
vergonzoso en usted. La realidad es, sin embargo, que el
alcoholismo es una enfermedad que muestra una señal de
debilidad tan fuerte como la que produce el asma o la
diabetes. Por otra parte, el tomar los pasos necesarios para
identificar un posible problema de bebida tiene una enorme
recompensa--la oportunidad de una vida saludable y llena de
satisfacción.
Cuando usted visite su doctor(a) o
enfermera(o), él(ella) le hará un número de preguntas acerca
de su consumo de alcohol para determinar si usted está
teniendo problemas relacionados a sus hábitos de beber
alcohol. Trate de contestar estas preguntas con la mayor
honestidad que le sea posible. También le harán un examen
físico. Si su doctor(a) o enfermera(o) concluye que usted
tiene una dependencia de alcohol, él(ella) puede que le
recomiende que vea a un especialista de diagnóstico y
tratamiento de alcohol. Usted debe participar activamente en
la toma de decisiones y en la selección del tratamiento.
Además debe asegurarse de que se le explique todas las
opciones de tratamiento disponibles.
La Recuperación
Tratamiento del Alcoholismo
La naturaleza del tratamiento depende de
la gravedad del problema de alcoholismo de la persona y de
los recursos que estén disponibles en su comunidad. El
tratamiento puede incluir desentoxificación (el proceso de
eliminar alcohol del cuerpo sin peligro); el tomar
medicamentos recetados tales como disulfiram (Antabuse®)
o naltrexone (ReVia(TM))
para ayudar a prevenir el volver a beber alcohol una vez que
se ha parado de beber alcohol; y consejería individual o de
grupo. Hay tipos de consejería muy prometedores en los
cuales se le enseña a los alcohólicos en recuperación a
identificar situaciones y sentimientos que promueven la
urgencia de beber alcohol. La consejería también le ayuda a
desarrollar otras estrategias para enfrentarse a estas
situaciones y sentimientos sin incluir alcohol. Cualquiera
de estos tratamientos puede ser administrado en un hospital,
en una facilidad de tratamiento residencial o como
tratamiento ambulatorio.
Debido a que la participación de la
familia es importante en el proceso de recuperación, muchos
programas ofrecen consejería matrimonial como parte del
proceso de tratamiento. Algunos programas también pueden
ayudarle a identificar otros recursos vitales en la
comunidad tales como la asistencia legal, asistencia de
trabajo, guarderías de niños, y clases para aprender a ser
mejores padres.
Alcohólicos Anónimos
Virtualmente todos los programas de
tratamiento incluyen el asistir a reuniones del programa de
Alcohólicos Anónimos (AA), el cual se autodescribe como "una
asociación mundial de hombres y mujeres que se ayudan
mutuamente a mantenerse sobrios (sin beber alcohol)."
Mientras que AA es generalmente reconocido como un programa
efectivo de ayuda mutua para alcohólicos en recuperación, no
todas las personas responden positivamente al estilo y
mensaje de AA, por lo que hay otras estrategias disponibles.
Hasta las personas que son ayudadas por AA usualmente
encuentran que AA funciona mejor en combinación con otros
elementos de tratamiento tales como la consejería y la
asistencia médica.
¿Se puede curar el alcoholismo?
A pesar de que el alcoholismo es una
enfermedad tratable, todavía no existe una cura. Esto
significa que un alcohólico que ha estado sobrio (sin beber
alcohol) por un período largo de tiempo y que ha recuperado
su salud, él(ella) todavía es susceptible a sufrir una
recaída y tiene que continuar evitando todo tipo de bebida
alcohólica. "Disminuir" la cantidad de alcohol que se
consume no funciona; se necesita eliminar por completo el
alcohol para lograr una recuperación exitosa.
En todo caso, hasta algunas de las
personas que están determinadas a mantenerse sobrias (sin
beber alcohol) pueden sufrir uno o varios "deslizes" o
recaídas, antes de lograr sobriedad por largo tiempo. Las
recaídas son bien comunes y éstas no significan que la
persona ha fallado o que no puede eventualmente recuperarse
del alcoholismo. Recuerde que cada día que un alcohólico en
recuperación se ha mantenido sobrio antes de una recaída es
tiempo extremadamente valioso, para ambos, tanto para la
persona en recuperación como para su familia. Si una recaída
ocurre, es muy importante que la persona trate de parar de
tomar alcohol otra vez y que obtenga la ayuda que sea
necesaria para poder abstenerse de beber alcohol.
Ayuda para el Abuso de Alcohol
Si su proveedor de salud determina que
usted no es dependiente del alcohol, pero sí determina que
usted exhibe un patrón de abuso de alcohol, él(ella) puede
ayudarle a:
|
Examinar los beneficios de dejar un patrón de beber
alcohol poco saludable. |
|
Establecer su meta o límite de consumo de alcohol.
Algunas personas seleccionan abstenerse de tomar
alcohol, mientras que otras prefieren limitar la
cantidad de alcohol que beben. |
|
Examinar las situaciones y sentimientos que
promueven su patrón de consumo de bebidas
alcohólicas que es poco saludable. |
|
Desarrollar estrategias para que pueda mantener su
meta de controlar la cantidad de alcohol que
consume. |
Muchas personas que han parado de beber
después de haber experimentado problemas relacionados con el
alcohol deciden asistir a las reuniones de AA para obtener
información y apoyo, a pesar de que no han sido
diagnosticadas como alcohólicas.
Alcohol y Dependencia
Entre las
drogas clasificadas como depresoras del sistema nervioso
central, se encuentran las bebidas alcohólicas. El
alcohol es una sustancia que se halla en las bebidas
fermentadas como el vino, la cerveza, la sidra y otras, o en
las destiladas como el aguardiente, el ron, el coñac, la
ginebra, el whisky, etc. El contenido de alcohol no es el
mismo en todas las bebidas y viene indicado por el grado
alcohólico, por ejemplo, 12º significa que en 1000 ml de
bebida hay 120 ml de alcohol etílico de 96º.
El alcoholismo es una enfermedad viro-metabólica
condicionada por la exposición continuada del cuerpo al
alcohol. Está caracterizada por el deseo insaciable de beber
dicha sustancia, pérdida de control para no seguir bebiendo
después que se comienza, dependencia física o aparición de
síntomas después de la abstinencia, y tolerancia o necesidad
de aumentar la cantidad de alcohol ingerida. Muchas veces
las actividades de la persona giran en torno a la sustancia;
es posible que dedique mucho tiempo a conseguirla, tomarla y
recuperarse de sus efectos. Y a pesar de que vea las
consecuencias, tanto físicas como psicológicas que le
provoca el consumo, continúa consumiéndola.
Existe una enzima en el cuerpo encargada de destruir el
alcohol, llamada aldehido deshidrogenasa, pero no
todas las personas las poseen por igual. En el hombre la
podemos encontrar en dos lugares, primero en la mucosa del
estómago y luego en el hígado, en cambio la mujer sólo tiene
esta enzima en el hígado, no posee en el estómago o, en
todo caso, se encuentra en un porcentaje 80 veces menor. Un
hombre puede llegar a absorver el 25% del alcohol que
consume en el estómago, mientras que la mujer no, por eso es
menos resistente a sus efectos. Una vez en el hígado el
alcohol se metaboliza, generando otras sustancias también
tóxicas para el organismo.
Todo el alcohol que el hígado no es capaz de absorver
pasa a la sangre (alcoholemia) y de allí va
directamente al cerebro, afectando al sistema nervioso
central. Existen algunos casos extraños en que la persona no
posee la deshidrogenasa en su cuerpo, son aquellos
individuos a los que el alcohol les sienta mal,
produciéndoles náuseas, diarreas, calor, ruborización, etc.
por lo que no lo pueden tomar.
Es posible medir el consumo global de alcohol en la
población de un país, concretamente en España se beben 20
litros de alcohol por habitante y año, mientras que en
Suecia el consumo está en 5 litros por habitante al año. La
tasa de enfermedad cirrótica en España también es mucho
mayor, de 24 personas por cada cien mil habitantes, y en
Suecia está en dos personas de cada cien mil.
Una persona, tras un año de tomar alcohol en grandes
cantidades ya presenta dependencia psíquica y física.
Efectos del
consumo:
Con un consumo moderado los principales efectos son la
sensación de relajación, de liberación y aumento de
confianza en uno mismo, locuacidad, disminución de la
atención y euforia. Conforme se va aumentando la cantidad
todos estos síntomas se acentúan negativamente, adoptando un
habla incongruente, falta de coordinación de movimientos y
del equilibrio, pérdida de reflejos e incluso del
conocimiento, llegando a producir una intoxicación o estado
de embriaguez, con agitación, diplopia (ver doble) y riesgo
de paro respiratorio.
Además cada gramo de alcohol contiene 7 Kcal, que se
acumulan en forma de grasa en la mayoría de las personas,
provocando un sobrepeso.
Patologías
asociadas al alcoholismo:
Las características iniciales de esta enfermedad son la
falta de apetito, trastornos del sueño, hipertensión,
anemia, impotencia sexual, temblor de manos, diarreas, etc.
A largo plazo produce diferentes patologías asociadas
como son la gastritis, úlceras gastrointestinales,
trastornos hepáticos (hepatitis y cirrosis), el 80% de todas
las pancreatitis crónicas y casi todas las agudas. También
provoca un déficit de vitamina B1 y afecta al mecanismo de
fabricación de hematíes, sobretodo de linfocitos, por lo que
los adictos suelen padecer más enfermedades infecciosas.
Esta lista se engrosa con las alteraciones cardiovasculares,
las neurológicas, demencias y psicosis alcohólicas.
El alcohol es un depresor cerebral, aunque produzca
síntomas de euforia. Cuando llega al cerebro lo que más se
afecta es la zona de la corteza, la parte más característica
que poseemos los humanos y la más desarrollada. Cuanto más
alta es la dosis de alcohol, más zonas estructurales del
cerebro se ven afectadas, y es lo que produce la depresión
final, tan peligrosa para el organismo.
El síndrome de abstinencia del alcohol son un
conjunto de síntomas que aparecen por el cese o la reducción
del consumo. Éstos se dan tras un período prolongado de
grandes ingestas de alcohol y se pueden desarrollar horas o
días después de la interrupción: malestar matutino,
temblores en extremidades, lengua e incluso cara, ansiedad,
sudoración, insomnio, náuseas, vómitos y alucinaciones
visuales (suelen ser relacionadas con insectos y pueden
llegar a durar varios días), en casos muy extremos se
produce el delirium tremens, que puede llegar a
causar la muerte.
Consecuencias
psicosociales:
A nivel familiar las consecuencias psicosociales se
caracterizan por una mayor irritabilidad por parte del
enfermo, lo cual fomenta la aparición de peleas, malos
tratos, abandono de la familia e incluso la separación.
En cuanto al nivel social podemos observar una pérdida
de relaciones, la aparición de problemas jurídico-legales,
altercados, imprudencias y accidentes.
En el trabajo se pueden producir absentismos cuando el
alcoholismo ya está muy instaurado, disminución del
rendimiento, accidentes laborales, bajas y despidos.
¿Cómo abandonar el consumo?
El tratamiento médico debe empezar por la
desintoxicación, que puede ser de forma ambulatoria o
incluso hospitalaria. Tras impedir el consumo de alcohol se
suelen administrar tranquilizantes para reducir la ansiedad
producida por el síndrome de abstinencia, llamados
benzodiacepinas (como el Valium o el Librium) durante los
primeros días.
Posteriormente se ha de mantener la abstinencia mediante
la deshabituación alcohólica, para ello se
administran otros medicamentos como disulfiram (Antabuse) o
naltrexone (ReVial), que previenen el volver a beber una vez
se ha dejado de consumir. También se realizan terapias
individuales y grupales de ayuda psicológica, así como
visitas de seguimiento.
Algunas de las formas de enfrentarse al abandono del
consumo son:
- Ensayando diferentes maneras de rechazar el ofrecimiento:
"No, gracias, estoy tomando medicamentos..."
- Recordar la lista de razonas por las que no beber es la
mejor opción.
- Practicar técnicas de relajación como la respiración
profunda y pausada.
- Esperar unos minutos a que se pasen las ganas.
- Distraerse con actividades que ocupen el tiempo.
- Pensar que el alcohol no resuelve los problemas, al
contrario, impide pensar con claridad.
Dejar de beber mejora la calidad de vida:
Son muchos los beneficios de abandonar el consumo de
alcohol, como tener una mayor agilidad mental, un aumento
del bienestar físico, más apetito, disfrutar de mejor humor,
conducir de manera más segura, ahorrar dinero, mayor
concentración y rendimiento en el trabajo, y aumento de la
autoestima.
Antecedentes de alcoholismo en la familia
Si se encuentra entre los
millones de personas en este país que tiene uno de sus
padres, abuelos o algún otro miembro cercano de la familia
que es alcohólico, se habrá preguntado qué significado tiene
este antecedente familiar en su vida. ¿Formarán parte de su
futuro los problemas con el alcohol? ¿Tendrá más propensión
al alcoholismo que otras personas, cuyas historias
familiares no incluyen la enfermedad? Si así fuera, ¿qué
puede hacer para minimizar el riesgo?
Muchas investigaciones
científicas han demostrado que los factores genéticos tienen
influencia sobre el alcoholismo. Estos descubrimientos
demuestran que los hijos de padres alcohólicos son hasta
cuatro veces más propensos a desarrollar problemas con el
alcohol que el resto de la población general. Sin embargo,
el alcoholismo no se determina solamente por la composición
genética heredada. De hecho, más de la mitad de los hijos de
padres alcohólicos no llegan a serlo.
Existen estudios que
demuestran que muchos factores influyen sobre el riesgo de
desarrollar alcoholismo. Los investigadores creen que el
riesgo en una persona incrementa cuando existen en la
familia las siguientes dificultades:
|
un
padre alcohólico sufre de depresión o algún otro
problema psicológico; |
|
ambos
padres abusan del alcohol y otras drogas; |
|
el
abuso del alcohol por parte de los padres es severo;
y |
|
los
conflictos llevan a agresión y violencia en la
familia. |
La buena noticia es que
muchos de los hijos de padres alcohólicos, aún aquellos que
provienen de las familias más perturbadas, no siempre
desarrollan problemas con las bebidas alcohólicas. Así como
la historia de alcoholismo en la familia no garantiza que
una persona será alcohólica, tampoco lo garantiza el ser
criado en una familia con muchos problemas, con padres
alcohólicos. El riesgo es mayor, pero no tiene porqué
ocurrir.
Si le preocupa que la
historia familiar de alcoholismo o los problemas de su vida
en familia lo pongan en riesgo de convertirse en una persona
alcohólica, aquí se ofrecen consejos de sentido común para
ayudarle:
Si es menor de edad,
evite consumir bebidas alcohólicas—En
primer lugar, hacerlo es ilegal. En segundo lugar, la
investigación demuestra que se corre mayor riesgo de
convertirse en una persona alcohólica, cuando se comienza a
beber a edad temprana, probablemente como resultado tanto
del medio como de factores genéticos.
Como adulto, beba
moderadamente—Aún cuando no
exista antecedente de alcoholismo en la familia, aquellos
adultos que eligen consumir bebidas alcohólicas deben
hacerlo con moderación; en el caso de la mayoría de las
mujeres, no más de una bebida por día; en el caso de la
mayoría de los hombres, no más de dos bebidas al día, de
acuerdo con las recomendaciones del Departamento de
Agricultura y del Departamento de Salud y Recursos Humanos,
de Estados Unidos. Algunas personas no deberían beber en
absoluto, incluyendo mujeres que están embarazadas o están
intentando hacerlo; personas que están recuperándose del
alcoholismo; cualquier persona que anticipa tener que
conducir un automóvil o llevar a cabo alguna otra actividad
que requiera atención o pericia; personas que se encuentran
tomando ciertos medicamentos y personas con determinadas
condiciones médicas.
Las personas con antecedente
familiar de alcoholismo, que corren mayor riesgo de
desarrollar dependencia, deberían encarar el consumo
moderado de alcohol con prudencia. Es posible que les
resulte más difícil mantener hábitos de consumo moderados,
que a otras personas en cuyas familias no existe historia de
alcoholismo. Una vez que una persona pasa del consumo
moderado de alcohol a tomar en exceso, el riesgo de
problemas sociales (como por ejemplo, conducir bajo la
influencia, violencia y trauma) y los problemas médicos
(como por ejemplo, enfermedad hepática, daño cerebral y
cáncer) aumentan considerablemente.
Hable con un
profesional de la salud—Discuta
sus preocupaciones con un médico, enfermera u otro
profesional de la salud. Pueden recomendarle grupos u
organizaciones que posiblemente lo ayuden a evitar problemas
con el alcohol. Si usted es una persona adulta que ya ha
comenzado a beber, un profesional de la salud puede evaluar
sus hábitos con respecto al consumo del alcohol y determinar
si fuera necesario que disminuya el consumo y cómo hacerlo.
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